Las mypes: antes y después del COVID-19
Superada la crisis sanitaria COVID-19, la atención de las autoridades y la ciudadanía se volcará de lleno a la economía, que deberá proveer los cimientos para la recuperación. La nueva rutina, caracterizada por el distanciamiento social y medidas sanitarias estrictas, llevará a clientes y proveedores a cambiar sus hábitos de consumo. Para adaptar sus modelos operativos a esta nueva “normalidad”, los negocios deberán implementar rápidamente procesos de innovación disruptiva donde los métodos de e-commerce sean protagonistas.
Este cambio de paradigma resultará especialmente importante para las medianas y pequeñas empresas (mype). Recordemos que en el 2018 estas aportaron el 19% del PIB peruano y emplearon al 46.8% de la PEA nacional. Sin embargo, el 83% de ellas laboró en la informalidad, lo cual expone su vulnerable situación. Lo mencionado tiene mayor relevancia en el sector servicios, conformado principalmente por mype.
El sector servicios, que representa el 60% del PIB, viene siendo uno de los principales afectados por el COVID-19, puesto que la inmovilización social impide o, en el mejor de los casos limita, la atención a sus clientes. Según el informe “Perú: Estructura Empresarial, 2018” del INEI, los servicios de comida y bebida, considerados esenciales, son conducidos por el 20% de las mype existentes. Hoy, sin embargo, muchas están forzosamente inoperativas.
Antes de esta pandemia, el pronóstico para el rubro de restaurantes era muy positivo, con un índice de producción de 4.94% para el período febrero 2019-2020, superior a otras actividades del sector servicios. Esto venía impulsado por la apertura de nuevas sucursales, alianzas estratégicas y también por apelar a descuentos mediante aplicativos móviles, publicidad en redes sociales y al uso de aplicaciones de conectividad entre oferta y demanda como Glovo o Rappi delivery. Vale decir, un uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en favor del modelo de negocio.
Estas nuevas tecnologías serán claves para que muchos negocios puedan llegar a sus clientes finales. Un ejemplo es el modelo de “dark kitchen”, que ya daba ciertas señales importantes. Este significa pasar del restaurante convencional a dedicarse solo a elaborar comida para envíos a domicilio por medio de las plataformas de delivery. Gracias a ello, muchos emprendedores del rubro gastronómico están logrando un mayor alcance geográfico sin incurrir en inmensos gastos de alquiler. ¿Serán este tipo de estrategias el salvavidas para las mype del sector? ¿Cuántas tendrán la capacidad de reinventarse? ¿Y cuántas demandará el mercado antes de saturarse?
Existen distintas maneras en las que el Estado peruano podría apoyar a las mype en este contexto, particularmente en su proceso de digitalización. Debería ser la oportunidad para impulsar la hoja de ruta sobre economía digital, anunciada el año pasado por el Ministerio de la Producción. El Kit Digital 2.0, plataforma que brinda servicio de asesoría a mype, también sería un recurso útil.
Países como España también fomentan este tipo de programas. Su plan AceleraPyme establece medidas para impulsar procesos de digitación y hoy sus acciones están enfocadas en atenuar el efecto negativo del COVID-19 brindando soluciones tecnológicas y acceso a financiamiento a las empresas.
Como en muchos sectores, la coyuntura actual exige generar soluciones intensivas en el uso de plataformas digitales. Esto de la mano de protocolos sanitarios claros que permitan resguardar la salud del personal y de los usuarios. Finalmente, de eso se tratan las crisis: de encontrar nuevas oportunidades de avance en un camino incierto y pedregoso.
Por: Roxanna Vivar y Sophia Torres, investigadora principal y analista de Videnza Consultores, respectivamente